Entre dulce y salada es la Semana Santa venezolana.

La cuaresma está caracterizada por la austeridad y el sacrificio

Caracas.- Con la llegada de la cuaresma y la pascua vienen también las comidas tradicionales que forman parte de lo afirmativo venezolano. Son diferentes platos que se hacen con ingredientes tan diversos y característicos como el coco y el pescado, pues entre dulce y salada es la Semana Santa venezolana.

En contraste con la algarabía y abundancia del Carnaval, la cuaresma está caracterizada por la austeridad y el sacrificio. Eso sí, desde el majarete, arroz con coco y buñuelos de yuca, hasta el pastel de chucho, el sencillo pero delicioso pescado frito y el pisillo de chigüire, la Semana Santa venezolana sabe bien.

Aunque suene extraño, los orígenes de esta deliciosa y particular gastronomía se remontan al fervor religioso cristiano que llevaba, en los días santos, a prácticas como el ayuno y la abstinencia.

Platos con historia

Majarete

La gastronomía representativa de la Semana Santa en Venezuela es una manifestación cultural, marcada por las tradiciones que se han seguido con fervor a lo largo de los años, desde los tiempos de la Colonia.

Historiadores, cronistas y voces populares concuerdan en señalar como posible origen de muchos de estos platos tradicionales, las costumbres derivadas del cristianismo.

La primera práctica, el ayuno llegaba a ser estricto y solía permitir una comida al día, por lo que esta debía tener un buen aporte calórico. Debido a esto se hizo costumbre preparar diversos postres con harinas, almidones, azúcar y papelón. De manera que en Semana Santa, lo dulce es un símbolo de preparación y purificación, una forma de edulcorar el alma durante la abstinencia.

Buñuelos

Otra costumbre que se cumplía de manera estricta que en esas fechas por los fieles, era de no de comer carnes rojas. Según la tradición, con ello se muestra respeto hacia el sufrimiento que padeció Jesús al ser crucificado.

Esta costumbre llevó al venezolano a consumir alternativas a la carne en esta época, en especial el pescado, así como a elaborar diversos platillos con este ingrediente. Todo esto hace que la Semana Santa venezolana sea entre dulce y salada.

Dulce Semana Santa

En Venezuela, los momentos para compartir en familia durante la pascua se disfrutan con dulces postres hechos con productos alimenticios tradicionales de la cocina criolla como harina de maíz, yuca, coco, papelón y azúcar.

Las recetas varían de una región y a otra, pero tienen aspectos comunes. Por ejemplo, el coco está presente en varias recetas típicas de Semana Santa. Quizás el postre más tradicional es el majarete, una especie de pudín o flan que se hace con leche de coco, harina de maíz y papelón. Se sirve con un toque de canela para darle el gusto final.

El arroz con coco suele comerse frío, lo que cae muy bien ante el usual calor de esta temporada. Se hace con coco, azúcar, arroz y se aliña con canela y clavos de olor. También con coco se elaboran las conocidas conservas que se endulzan con papelón.

Más que pescado salado

Pero como ya se ha dicho, la Semana Santa venezolana es entre dulce y salada. Fieles cumplidores de la abstinencia de carne, sobre todo en jueves y viernes santo, los criollos acostumbran a consumir otras proteínas esos días.

En la gastronomía de los días santos encontramos variados productos marítimos y cada región, construye su mesa a partir de lo conseguido en su entorno

Se ha hecho una tradición consumir pescado, ya sea fresco o seco, en diferentes platos de acuerdo a la región del país. Por ejemplo, en las zonas costeras se acostumbra preparar el popular sancocho de pescado.

De Nueva Esparta nos llega el tradicional pastel de chucho, que combina plátanos y pescado en un plato distintivo y sabroso. Al unir dulce y salado, contrasta por su variedad en texturas y sabores diferentes. El chucho es un pescado grande y largo, que permite que este plato sea abundante para compartir en estas fechas.

Y es que en la Semana Santa venezolana, así como en el resto del año, el pescado se come de mil maneras. Frito, empanizado, guisado. A esto se suman otros platos tradicionales como el cuajao oriental y el consomé de chipichipi.

Para guardar la abstinencia de carnes rojas, los venezolanos han recurrido a alternativas que ofrecen proteínas animales que producen en sus regiones. De allí vienen otros platos como el chivo y el conejo en coco en la región occidental.

En la zona oriental del país y en los Llanos una de las comidas típicas es el pastel de morrocoy o de pescado salado. Las preparaciones que se elaboran a partir de la tortuga y el morrocoy están en desuso hoy en día, debido a las amenazas existentes para la conservación de estas especies animales.

Otros platos típicos son elaborados a partir de animales que crecen cerca de los ríos como iguana, babo o lapa. Así como el chigüire que se prepara mayormente en pisillo. De hecho, el consumo de capibara, como también se le conoce, ha sido tan tradicional en tiempos de Semana Santa, alimento al que en tiempos de la Colonia fue objeto de una bula papal que autorizaba comerlo en esos días.

Región a región nuestra gastronomía tradicional ofrece variedad y sabor, unificada por la calidad de sus platillos preparados con ingrediente criollos y naturales. Esta mezcla hace de la Semana Santa venezolana una deliciosa ruta entre dulce y salada.

Con información de RT.

Aquí el enlace:

https://www.eluniversal.com/venezuela/178022/entre-dulce-y-salada-es-la-semana-santa-venezolana

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